
Según relata en una de estas «Siestas de Memoria» el cronista Martín Moreno, la presencia del famoso compositor francés Camilo Saint-Saéns fue descubierta en el mismo Teatro Tirso de Molina, durante un ensayo de la Orquesta Filarmónica de Las Palmas, allá por el año 1877, cuando contaba 54 años. Los viajes que Saint-Saéns hizo a la isla, o mejor, las temporadas que pasó en ella, fueron siete. Vino por primera vez a finales de diciembre de 1889, y la última estuvo desde diciembre de 1908 al 3 de marzo de 1909. A este dato debemos añadir que para un más amplio y por tanto más exacto conocimiento de las relaciones de don Camilo Saint-Saéns con Gran Canaria, remitimos la atención del lector al libro que publicó hace algunos años nuestro querido amigo y abogado don Nicolás Díaz-Saavedra de Morales.
Desde 1895 habíase dejado ver de cuando en cuando don Camilo por Guía. Sin que al parecer se le identificara, en tanto era huésped de un compatriota amigo, anfitrión de «villa Melpónene», hasta hizo amistades en e| Círculo Artesano, compuso música y escribió algunas de sus óperas. Publicó libros y artículos sobre sus viajes, filosofía, astronomía y argumentos literarios.
Tenía Saint-Saéns una.gran facilidad para componer y dejó una producción extensa y variada. Su obra más conocida es la ópera «Sansón y Dalila».
Camilo Saint-Saéns, durante sus estancias en nuestra ciudad, hizo amistad con muchos grancanarios amantes de la música, los cuáles solían invitarle a parrandas y cuchipandas en la playa de La Laja. Había que ver -cuentan las crónicas y atestiguan algunas fotos- al genial don Camilo tocar la guitarra para interpretar alguna folia u otra pieza de nuestro folclore.
Otra simpática anécdota fue la de actuación como timbalero de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas durante un ensayo en el Teatro Tirso de Molina, ya que el encargado de hacer sonar los timbales no daba la nota y el director terminó por solicitar que alguna persona acudiera a cubrir dicho puesto. Más acabado el ensayo, el «improvisado timbalero» desapareció, si bien para convertirse en días después nada menos que en el famosísimo Saint-Saéns, ya que no pudo ocultar por mucho tiempo que el que se llamaba Monsieur Sanoy era el gran compositor francés.
Por aquellos años también se encontraba residiendo en Las Palmas el gran pintor catalán Elíseo Meifren, personalidad bohemia y de notable profesionalidad. Permaneció aquí durante los primeros años de nuestro siglo. En el Gabinete Literario puede admirarse algunos de sus murales inspirados en el litoral de San Cristóbal.

*Vista del Puerto de La Luz y la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Eliseo Meifren, 1900. Casa Museo Leon y Castillo, Telde.
*Extraído del libro GRAN CANARIA, PUENTE ENTRE CIVILIZACIONES de D. Jose Ferrera Jiménez